tag:blogger.com,1999:blog-23670661138716519172024-03-13T04:12:18.532+01:00Ábreme el pecho y registraÁlvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.comBlogger14125tag:blogger.com,1999:blog-2367066113871651917.post-36643867314863908392010-03-31T13:53:00.003+02:002010-03-31T14:08:22.435+02:00Años de Amor perdidos<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.egrupos.net/albumPhoto/1515885/photo_6.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 257px; height: 182px;" src="http://www.egrupos.net/albumPhoto/1515885/photo_6.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-family:times new roman;">La última vez que la vi marchar, pensé que sería la definitiva. Y de hecho lo fue durante más de veinte años, hasta que el destino o el azar (nunca llegué a confiar demasiado ni en uno ni en otro) nos volvió a juntar en la sala de espera de un hospital. No me costó reconocer entre el mar de arrugas los labios que no me cansé de besar, ni los ojos en los que me gustaba descansar. Seguro que su pelo, canoso y escaso, seguía manteniendo ese aroma afrutado que me encantaba absorber cuando dormíamos abrazados, con mi mano reposando en su pecho y mi cara hundida en sus cabellos. </span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Sus ojos, antes que sus labios, me confirmaron que ella también me había reconocido, y que algo dentro había despertado, encogiéndole el pecho y destapando la caja de los recuerdos. Me pareció ver que se sonrojaba, y por un instante volvió a ser aquella chica extrovertida que salía con mi compañero de piso en la facultad. La misma que descubrí una mañana resacosa saqueando mi nevera, sólo vestida con una camiseta ancha de mi compañero y unas braguitas con dibujos que asomaban por debajo de ella. Y sólo me hizo falta un par de miradas para comprender que un día no muy lejano estaría quitándole esas mismas bragas con mis manos.</span><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://fc03.deviantart.com/fs20/f/2007/298/2/7/despedida_by_anouka.jpg"><img style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 185px; height: 278px;" src="http://fc03.deviantart.com/fs20/f/2007/298/2/7/despedida_by_anouka.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-family:times new roman;"><br />Más de veinte años desde que la vi irse, maleta en mano y sin lágrimas en los ojos (siem</span><span style="font-family:times new roman;">pre fue poco dada a los</span><span style="font-family:times new roman;"> llantos), en una despedida que ambos consideramos la mejor solución. No en vano, era la cuarta vez que la misma escena se repetía, con la única variación del escenario que presenciaba nuestro acordado adiós. Nunca supimos vivir juntos, aunque con el tiempo comprendimos que tampoco separados el uno del otro. Y en ese contigo pero sin ti, se nos fueron pasando los años, con la vaga esperanza de que el próximo encuentro sería mejor, que habríamos madurado lo suficiente para entendernos, aunque luego la realidad nos quitara la razón.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Me gustaba pensar que nos habíamos conocido demasiado pronto, que nuestro destino era estar juntos pero que necesitábamos tiempo para comprenderlo. Y así se lo susurraba al oído, en los pocos ratos de sinceridad que tuvimos. Ella sonreía y, supongo que para no quitarme la ilusión, asentía. Pero luego me decía que el tiempo no hace mejor una relación, y mucho menos la consolida. Para eso sólo es necesario algo de amor y mucho de comprensión, algo que siempre nos faltó.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Nunca dije un te quiero ni un te odio tan sinceros como los que le dije a ella. Cuando se marchó, a veces acariciaba la pequeña cicatriz que tenía bajo el ojo izquierdo, producto de un cenicero lanzado por ella con excelente puntería. Y sonreía con nostalgia. Porque ninguna otra mujer me llenó tanto de sensaciones, algunas agradables, otras desagradables, pero sensaciones al fin y al cabo, que demostraban que lo nuestro siempre fue algo vivo y verdadero. Alimentado además con la distancia y el tiempo, que oculta los defectos y engrandece los recuerdos que tenemos.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Y ahora la tenía de nuevo delante, tan serena, tan seductora, tan misteriosa, tan bella como siempre, porque mis ojos luchaban por obviar los defectos actuales y se refugiaba en los brazos del recuerdo. Y también tan directa y tan sincera como antes, porque sus primeras palabras al verme fueron:</span><br /><span style="font-family:times new roman;">-Tengo cáncer. Terminal. Los médicos más optimistas me dan dos meses de vida.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Yo me tragué mi congoja y rescaté la mejor de mis sonrisas para contestarle.</span><br /><span style="font-family:times new roman;">-Ya es más tiempo del que un día pensé que pasaría contigo.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Puedo decir sin riesgo de exagerar que fueron los meses más felices de mi vida. Aunque cuando ella no me miraba, aprovechaba para llorar, pensando en todos esos años de amor que estúpidamente habíamos dejado escapar.</span><br /><span style="font-family:times new roman;"><span style="font-family:times new roman;"><span style="font-family:times new roman;"><span style="font-family:times new roman;"><span style="font-family:times new roman;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC0Ptsi1knLIXMDY4MebP0tejrPd93fvtHE5PwUZ9c5v4hmkOPJ8gYleg1QCHi4jL8R5NPw8kvXuNbMqMrcNqQljSGfBF56pi7CKJK97Tdyj6PFGnGKRR3ileqSbn1QG6CSk8L3paoS54/s400/desencuentro.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 241px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC0Ptsi1knLIXMDY4MebP0tejrPd93fvtHE5PwUZ9c5v4hmkOPJ8gYleg1QCHi4jL8R5NPw8kvXuNbMqMrcNqQljSGfBF56pi7CKJK97Tdyj6PFGnGKRR3ileqSbn1QG6CSk8L3paoS54/s400/desencuentro.jpg" alt="" border="0" /></a></span></span></span></span></span><br /></div>Álvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2367066113871651917.post-17310602152746640772009-11-07T16:20:00.004+01:002009-11-19T17:37:50.778+01:00La condena del olvido<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUUZn0AK2x38hLKmxMhJG4mp4WerRvL1atEZ4OjcyFzOaODNFfwmZBfdTHHV8_NZbMApWLcCub8H59wsiu6Bv1GVJLtU_OcQVSlpTVEpDhBJXUuMNwwTXK_WSbJWvcUa-agQjdKMuXu9Y/s400/olvido2.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 288px; height: 251px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUUZn0AK2x38hLKmxMhJG4mp4WerRvL1atEZ4OjcyFzOaODNFfwmZBfdTHHV8_NZbMApWLcCub8H59wsiu6Bv1GVJLtU_OcQVSlpTVEpDhBJXUuMNwwTXK_WSbJWvcUa-agQjdKMuXu9Y/s400/olvido2.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-family:times new roman;">No quiero recordar. No quiero vivir.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Repetía las mismas palabras una y otra vez. A veces, en un susurro que se le escapaba entre los dientes, como se escapa la vida de los labios de un moribundo. Otr</span><span style="font-family:times new roman;">as, gritando a pleno pulmón, hasta que el eco repetía sus palabras y se las escupía, golpeándole la cara con su propia voz. Las repetía en la soledad de su habitación, en la soledad de su mente, convirtiendo a su almohada en confidente; o las gritaba en la calle, llenas de gente pero vacías de personas, todas ajenas al dolor que sentía.</span><br /><br /></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"> <span style="font-family:times new roman;">Se emborrachaba para olvidar, pero ni aún con el cerebro imbuido en alcohol conseguía apartar de su mente su mirada, la mirada de ella, ni su tacto, el sonido de su voz, el calor de su cuerpo, la sensación que producía su presencia, su olor a piel caliente y sexo consumado.</span><br /></div><span style="font-family:times new roman;"><br /></span> <span style="font-family:times new roman;">Y la vida se le iba como se había ido ella.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Al final de todo, sólo quedaba una gran resaca, un dolor físico que le atenazaba los músculos, que le carcomía los huesos, pero que no se podía comparar con el dolor que sentía en su interior.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Por eso, a la noche siguiente volvía a recaer en el alcohol. Todo era mejor que pensar, que recordar. En cuanto la lucidez le abría los ojos cada mañana, él la enmudecía con litros de alcohol, hasta tener la feliz sensación de que el mundo se abría bajo sus pies y lo sepultaba bajo toneladas de nada.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Pintado por las trazas de la embriaguez, tendría lugar el encuentro que marcaría el resto de su vida. Ocurrió en una de esas noches en las que trataba de olvidar su realidad a través del cristal de una copa, en las que el alcohol se mezclaba con su sangre latiendo en sus venas, y el mundo giraba impune dejándolo tirado en cualquier esquina. </span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Cansado de caminar sin rumbo ni destino, la dureza del suelo adoquinado le pareció el mejor sitio donde dejar pudrirse sus huesos. No supo cuanto tiempo pasó así, encogido sobre sí mismo, aún aferrado a una copa vacía y rota, hasta que se dio cuenta de que no estaba solo. Una anciana lo observaba. Una anciana sin nombre ni cara, sólo identificable por su tocado negro y las arrugas que surcaban su cara</span><span style="font-family:times new roman;">.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">-¿Qué te ocurre, muchacho?</span> <span style="font-family:times new roman;">-Que el recuerdo me atormenta. Por la noche se acuesta a mi lado y me susurra negros pensamientos al oído. Durante el día, me aguijonea los ojos y me abre el pecho a mordiscos. Y siempre tiene el rostro de ella. Mirándome, acusándome, recordándome lo que tuve, recordándome lo que perdí.</span><br /><span style="font-family:times new roman;">-Yo puedo ayudarte.</span> <span style="font-family:times new roman;">-Nadie puede ayudarme.</span> <span style="font-family:times new roman;">-Yo sí.- La seguridad de sus palabras fue suficiente garantía para querer creerla.- Pero mi solución es peligrosa y debes estar muy seguro de lo que dejas atrás, porque puede quemarte el alma y borrarte la vida.</span> <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizSJOxlPToAEFE63v5saxb-5UkGnB2tXYC_m-5UJX7V1sOCDsVQTGOPZDEm_xoQt6Tmw9L9u2SZtLn8yLzeIO2tdgU44jP9rn9SSnOVLGDvB54HaRQ9dfZxhjoHfL4O5On7_IzMwfF3mZE/s400/La_anciana%5B1%5D.JPG"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 279px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizSJOxlPToAEFE63v5saxb-5UkGnB2tXYC_m-5UJX7V1sOCDsVQTGOPZDEm_xoQt6Tmw9L9u2SZtLn8yLzeIO2tdgU44jP9rn9SSnOVLGDvB54HaRQ9dfZxhjoHfL4O5On7_IzMwfF3mZE/s400/La_anciana%5B1%5D.JPG" alt="" border="0" /></a><br /><span style="font-family:times new roman;">-Lo que sea. No hay vida ni alma en quien no quiere vivir.</span> <span style="font-family:times new roman;">-Si así piensas, toma esto</span><span style="font-family:times new roman;">.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">La anciana sacó de su manga un frasco de cristal con una sustancia transparente. La examinó a la luz de la luna y luego se la acercó al joven. A tan corta distancia, pudo contemplar con curiosidad el fino acabado del relieve del frasco, la majestuosidad diminuta de su perfección, pero cuando alargó la mano para alcanzarlo, la anciana lo volvió a esconder entre los pliegues de su capa.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">-¿Estás seguro de lo que vas a hacer?- preguntó ella mirándolo con interés y cierto aire maternal.- El olvido no es ningún juego en el que haya vuelta atrás. Además del peligro que lleva implícito en su esencia, pues el que olvida está condenado a repetir los mismos errores.</span> <span style="font-family:times new roman;">-Para mí no hay mayor condena que recordar.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">La anciana chasqueó la lengua con resignación e hizo aparecer nuevamente el frasco, ofreciéndoselo con desgana.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">-Como quieras, pues. Lo que ha de ser, será; y lo que se fue, nunca volverá.<br /></span><br /><span style="font-family:times new roman;">El joven tragó el brebaje con avidez. Comprobó con extrañeza que a su inusual transparencia s</span><span style="font-family:times new roman;">e le unía la falta de sabor, incluso de textura. Lo notó ligero y liviano, surcando su garganta como si una ráfaga de aire líquido se abriera paso hasta su alma.<br /></span><br /><span style="font-family:times new roman;">Lo último que vio antes de perder el sentido y caer inconsciente fue el rostro de la anciana, que se fundía con la luna y la luz de las farolas, y desaparecía hecha humo, con una sonrisa diabólica partiendo su cara en dos.</span> <span style="font-family:times new roman;"> </span><br /><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Despertó en su cama, sintiéndose arrojado al mundo por una fuerza sobrenatural que le había mantenido todo ese tiempo mecido entre sus brazos, levitando sobre la vida. Y ahora, enfrentado de nuevo a su realidad, se sentía pesado y muy cansado, como el que despierta de un sueño profundo y oscuro que lo ha mantenido secuestrado</span><span style="font-family:times new roman;">.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">No recordaba cuánto tiempo había pasado desde su encuentro con la anciana, si hacía días, meses o años que había probado su brebaje; ni si éste había sido real o sólo un sueño. </span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">De hecho, no recordaba nada. Y eso le hizo sentirse feliz.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Se revolvió entre las sábanas hasta conseguir escapar de la prisión de su abrazo, y enseguida sintió cómo enredado entre el ropaje de su cama quedaba algo más que su aroma y sudor</span><span style="font-family:times new roman;">. </span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Sus hombros, libres del peso de un universo de recuerdos, respiraron aliviados, y la vida le pareció un mundo a medio explorar que nadie antes había conquistado.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Abrió los balcones para que la luz entrara y limpiara la casa y renovara el aire viciado que se estancaba en los rincones. Paseó por todas las estancias con una sonrisa en la cara, como nunca antes había sonreído, libre de penas y preocupaciones, libre de malos recuerdos y problemas.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Pero la alegría le duró poco.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">El tiempo de comprender que su casa ya no era su casa. Todo era vacío a su alrededor, aunque los objetos rellenaran los espacios inertes y no dejaran hueco a la imaginación. Pero esos objetos carecían de sentido para él. </span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Pronto, la angustia pasó a su interior. La angustia de conocer algo y no recordarlo. Su cuerpo estaba ausente de sangre, sus manos huérfanas de carne, sus labios vírgenes de besos, y sus ojos vacíos, incompletos.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Corrió a mirarse a un espejo con la esperanza de descubrir quién era, y allí en efecto halló el reflejo de quién era, pero no de quién había sido, y mucho menos de quién sería o quién quería ser.</span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">Desolado, rompió a llorar. Pero ya no lloraba por ella, como había hecho antes, porque ni siquiera recordaba que existiera una ella. Lloraba por él, por lo que un día fue, y ya nunca más sería.</span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://blog.lomasinteresante.net/wp-media/2009/07/normal_El-enemigo-en-el-espejo.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 316px; height: 347px;" src="http://blogs.20minutos.es/myfiles/nilibreniocupado/grito-espejo.gif" alt="" border="0" /></a> </div>Álvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2367066113871651917.post-65706276542372455842009-10-10T21:33:00.003+02:002009-10-10T21:40:52.471+02:00Caricias<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://trapaleta.files.wordpress.com/2009/07/caricias.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 313px; height: 346px;" src="http://trapaleta.files.wordpress.com/2009/07/caricias.jpg" alt="" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;">Me gusta que mis labios<br />tengan el poder de estremecerte;<br />que mis dedos sean capaces<br />de recorrer tu piel<br />despertando mil sensaciones,<br />como un susurro que toca tu oído<br />para después marcharse,<br />aunque su rumor te acompañe<br />más allá de ese instante.<br /><br />Quiero beber agua de tu boca<br />hasta que se me seque la sangre<br />que me late por pecho y piernas,<br />y que en un torrente de especias<br />te entrego cada noche.<br /><br />Podría susurrarte lentamente<br />"no sabes cuánto te quiero",<br />pero te estaría mintiendo.<br />Claro que lo sabes,<br />lo sabes porque lo siento,<br />porque más que mil palabras valen los hechos,<br />y enganchado a tus pechos<br />te lo repito en prosa y verso,<br />hasta que mi voz se gaste<br />y sólo queden mis labios y mis dedos,<br />esos que te dan placer con un simple gesto,<br />que destapan tu sonrisa, mis ganas y tu deseo,<br />que me hacen feliz y eterno<br />acurrucado en tu seno.<br /><br />Una sonrisa, una caricia,<br />un beso lento y meditado.<br />Tú te estremeces entre mis brazos;<br />yo sonrío feliz y satisfecho.<br /></div>Álvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2367066113871651917.post-30950829371994289432009-09-04T16:11:00.005+02:002009-09-04T16:30:12.978+02:00Vida<div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZTONnEDGSDq8fkS_MmYyc9x77tljFY1vqmNHVKWIcMzSy5GI1yu94OP-jG0UaPi1ckxH8n68YCPMbZb92fFgMT4e-9oikyLYx_yr5SI-vjRqqNh_37GLN_SgQtTILr9rbEGEphUS3xvQp/s1600-h/Vida.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 240px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZTONnEDGSDq8fkS_MmYyc9x77tljFY1vqmNHVKWIcMzSy5GI1yu94OP-jG0UaPi1ckxH8n68YCPMbZb92fFgMT4e-9oikyLYx_yr5SI-vjRqqNh_37GLN_SgQtTILr9rbEGEphUS3xvQp/s320/Vida.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5377615220836252082" border="0" /></a><span style="font-style: italic;font-family:lucida grande;font-size:78%;" >La vida es una huella en la arena que va borrando la marea</span><span style=";font-family:lucida grande;font-size:78%;" ><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:times new roman;"><span style="font-family:times new roman;"><br /><br /></div><div style="text-align: center;">La vida se mide por momentos,<br />por buenos y malos recuerdos,<br />y nunca nos damos cuenta<br />de lo que ganamos o perdemos<br />si no es a través del cristal del tiempo.<br /><br />Yo quiero vivir la vida así,<br />a sorbitos pequeños,<br />saboreando cada instante<br />sin arrepentirme de lo hecho<br />o lo que dejé por hacer.<br /><br />Y cuando la muerte venga a visitarme<br />me encuentre feliz y completo,<br />con las manos y la mente llenas<br />de buenos y eternos momentos,<br />y en el alma la paz serena<br />de haber cumplido lo soñado,<br />si es que alguna vez los sueños<br />puedieran considerarse hechos pasados.</span></span></span></span><span style="font-style: italic;font-family:lucida grande;font-size:78%;" ><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:times new roman;"><span style="font-weight: bold;"><br /></span></span></span></span><w:view></w:view><w:punctuationkerning><w:validateagainstschemas><w:compatibility><w:breakwrappedtables><w:snaptogridincell><w:wraptextwithpunct><w:useasianbreakrules><w:browserlevel></w:browserlevel> </w:useasianbreakrules></w:wraptextwithpunct><!--[endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Monotype Corsiva"; 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Quizá si ambos hubiesen sabido en ese momento la duración exacta del tiempo que estarían el uno sin el otro no hubiesen mostrado tanta seguridad y entereza al despedirse. O quizá sí, porque el amor muchas veces nos da la energía y valentía de hacer cosas que en otro momento nos parecerían imposibles.</span> <span style="font-family:times new roman;"><br /><br />Así Ulises se hizo al mar, con la única compañía de sus recuerdos y las fotos de su amada, que se hicieron pronto viejas de tanto mirarlas.</span><br /><span style="font-family:times new roman;"><br />No faltó a su promesa Ulises, que cada noche aprovechaba su soledad para escribirl</span><span style="font-family:times new roman;">e cartas que luego intentaba hacerle llegar. Era más un acto de fe que de comunicación, porque nunca podía obtener respuesta, ni siquiera saber si estas cartas llegaban a su amada. Sin embargo, las escribía con ilusión, por el placer de escribirle, porque al hacerlo, al evocar su imagen y tenerla presente en cada renglón, le hacía sentirse más cerca de ella.</span> <span style="font-family:times new roman;"><br /><br />El nombre de Penélope siempre estaba en sus labios, y se lo repetía a menudo para no olvidarlo, hasta convertirlo en una palabra sin sentido, que respiraba más que susurraba cuando observaba a la estrellas, pescaba en el mar o simplemente en su cama para ahuyentar su soledad.</span> <span style="font-family:times new roman;"></span><br /><br /><span style="font-family:times new roman;">No necesitó del canto de una sirena para creer enloquecer. El tiempo y la distancia cumplieron mejor esta función que ellas. Las cartas, que antes escribía cada noche, se fueron espaciando cada vez más, a medida que se le agotaban las palabras que escribía en sus hojas. Y cuando las encontraba, al releer lo escrito se daba cuenta que en ningún momento hablaba de amor, y sus sentimientos se perdían entre delirios producidos por la soledad y la frustración. </span> <span style="font-family:times new roman;"><br /></span><br /><span style="font-family:times new roman;">Ulises, en su locura, llegó a creer que no existía una Penélope</span><span style="font-family:times new roman;"> por la que regresar, que sólo era una ilusión más creada por su mente. En esos momentos necesitaba refugiarse en sus fotografías, porque sus recuerdos estaban tan contaminados por los sueños que no llegaba a diferenciar lo que fue real de lo que era imaginado.</span> <span style="font-family:times new roman;"><br /></span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtl1CXcd6Lgpr_9Zbntr8DSrs9M5gAoC79DdzxBDH7GC-nLBNlAcnqxywP4nWPI3vQ2wraCQhKU3p7VDx5J_U09oFqtLCCdppgW5pZHzRH03fE8mYoh7-ZQH-0sqhr4ikJEQmkltVmq2FI/s1600-h/retrato+antiguo.jpeg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 320px; height: 246px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtl1CXcd6Lgpr_9Zbntr8DSrs9M5gAoC79DdzxBDH7GC-nLBNlAcnqxywP4nWPI3vQ2wraCQhKU3p7VDx5J_U09oFqtLCCdppgW5pZHzRH03fE8mYoh7-ZQH-0sqhr4ikJEQmkltVmq2FI/s320/retrato+antiguo.jpeg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5370593807255458834" border="0" /></a><br /><span style="font-family:times new roman;">Le hizo falta mucho esfuerzo y concentración para conseguir rescatar de su pasado y traerlo a su realidad los sentimientos que le producían el contacto con su amada. Llegó a olvidar que era sentir el ca</span><span style="font-family:times new roman;">lor de su piel, el roce de sus labios, el sonido de su sonrisa, el olor de su cuerpo; todo lo que una simple fotografía era incapaz </span><span style="font-family:times new roman;">de transmitir. Sin embargo, estas le ayudaron a no olvidar nunca los rasgos de su cara, aunque ya no sintiera nada por dentro cuando se refugiaba en ellas, y cuanto más las miraba, más extraña le parecía aquella persona de ojos huecos y sonrisa congelada que lo observaba sin ver a través del tiempo y el espacio.</span> <span style="font-family:times new roman;"><br /><br />Por las noches, abrazaba su almohada creyendo que era el cuerpo de su amada, y la colmaba de besos y caricias, le susurraba palabras de amor en el oído y dormía fundido a ella, soñando todas las cosas que realizarían juntos a su vuelta.</span> <span style="font-family:times new roman;"><br /></span><br /><span style="font-family:times new roman;">Poco a poco se acostumbró a amar a esa Penélope idealizada que sólo existía en sus sueños, hasta tal punto que amó más el recuerdo que a la persona.</span> <span style="font-family:times new roman;"><br /><br />La ilusión del regreso se fue haciendo cada vez más difusa a medida que la Penélope que aparecía en ellas perdía consistencia física y quedaba relegada a un simple cuerpo al que abrazar y entregarse cuando llegase a su casa. Sólo pudo sacarle de esa desidia la certeza de su inminente llegada, y la ilusión se transformó en nervios e inseguridad.</span><br /><span style="font-family:times new roman;"><br />El Ulises que pisó tierra no era el mismo que años atrás había abandonado esa misma casa para echarse al mar, con una promesa y un recuerdo al que aferrarse y por el que regresar. Tampoco era la misma Penélope la que fue a recibirle, ni el esperado encuentro fue como tantas veces imaginó en su exilio marino. Los besos y abrazos no tenían tanta fuerza ni cariño como en sus sueños; las mismas personas y lugares habían perdido la magia de lo soñado. En su idealización había olvidado recordar también las cosas malas que tenía su casa y su tierra, y ahora que por fin tenía a su amada entre los brazos la sentía como una extraña en su propia vida.</span> <span style="font-family:times new roman;"><br /><br />Al poco tiempo, Ulises volvió al mar. Esta vez sin ninguna promesa pero todavía acompañado por la vieja foto de Penélope, con la única intención de reencontrarse con su verdadero amor.</span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.carolylibros.com/admin/images_biblioteca/im001043.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 397px; height: 298px;" src="http://www.carolylibros.com/admin/images_biblioteca/im001043.jpg" alt="" border="0" /></a></div>Álvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2367066113871651917.post-28409642969435929022009-08-10T15:31:00.003+02:002009-08-10T15:37:53.346+02:00Palabras que no dicen nada<div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJZR4LcFDtVVMCXET1oNSZB64CiW775sj0IUDaGYh0h7UQ3o1MkQGrgGrM_MA2zm02c9QrOpfWBrryP5spvYhN-AxnAZtf0TIbms0gk8zZd84gz5Jj-EYkT8VmbyLdfER2uANxg3ft2kc/s400/jugar-con-las-palabras.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 294px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJZR4LcFDtVVMCXET1oNSZB64CiW775sj0IUDaGYh0h7UQ3o1MkQGrgGrM_MA2zm02c9QrOpfWBrryP5spvYhN-AxnAZtf0TIbms0gk8zZd84gz5Jj-EYkT8VmbyLdfER2uANxg3ft2kc/s400/jugar-con-las-palabras.jpg" alt="" border="0" /><span style="display: block;" id="formatbar_Buttons"><span class="on down" style="display: block;" id="formatbar_JustifyCenter" title="Alineación al centro" onmouseover="ButtonHoverOn(this);" onmouseout="ButtonHoverOff(this);" onmouseup="" onmousedown="CheckFormatting(event);FormatbarButton('richeditorframe', this, 11);ButtonMouseDown(this);"><img src="http://www.blogger.com/img/blank.gif" alt="Alineación al centro" class="gl_align_center" border="0" /></span></span></a></div><div style="text-align: center;">He dicho "te quiero"<br /></div><div style="text-align: center;">más veces de las que debiera<br />pero menos de las que necesitara.<br />Regalé esa palabra a oídos egoístas<br />que no supieron apreciarla,<br />y la sentía morir en mis labios<br />como única compañía<br />cuando se la susurraba a la almohada.<br />¿Con qué valor puedo usarla ahora<br />que no sé lo que significa,<br />ni lo que implica,<br />y su verdad me ahoga?<br />Inventaré palabras nuevas para ti,<br />que no estén viciadas,<br />ni de tan usadas, tan gastadas,<br />y que al decirlas, rocen tus labios<br />con la dulzura de un beso diario<br />y la sorpresa de una emboscada,<br />con el fulgor de una llamarada<br />y el frescor de una cascada.<br />Y que al escucharlas<br />te abracen suavemente por la espalda,<br />reocorran tu cuerpo caricias en manada,<br />y mueran en la sencillez de una mirada,<br />con la que me dices "te quiero",<br />pero sin pronunciar ninguna palabra,<br />de esas que no dicen nada.<br /></div>Álvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2367066113871651917.post-53870840509947176732009-08-05T18:03:00.004+02:002009-08-11T01:39:14.075+02:00Quiero ser poeta<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://files.nireblog.com/blogs/dranik/files/hada.bmp"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 340px; height: 343px;" src="http://files.nireblog.com/blogs/dranik/files/hada.bmp" alt="" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;">Quiero ser poeta<br />para retenerte con palabras,<br />abrirte mi alma<br />y seducirte con mis letras.<br /><br />Quiero ser poeta<br />para que tú me quieras,<br />para encontrar la frase exacta<br />que me abra todas las puertas<br />que aún están cerradas<br />en lo más profundo de tu alma.<br /><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";font-size:14;" ><o:p></o:p></span></p><br />Quiero ser poeta<br />y gritarle al mundo entero<br />que te quiero,<br />con todas sus letras,<br />con todos su peros,<br />y que mi mejor poema sea<br />encontrar en tu mirada<br />cumplidos todos mis sueños.<br /><br /></div>Álvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2367066113871651917.post-45007004758701456662009-07-06T18:59:00.002+02:002009-07-06T19:05:35.521+02:00No me pidas lo que no me das<div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyQO-N_W9hU9bsR-v_Ra7uEHA5rl7PTecnHmS1SNRexy6MFYGdFu5q2oQMV3FwCmSJmJcZKQEGRZfxVVgcBU8tgNlh6LqYfCRW4dn7K8RHLIdgXXjEQ67jofRVo660noit8HeGv9BKvYJm/s1600-h/pluma+y+sangre.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 268px; height: 202px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyQO-N_W9hU9bsR-v_Ra7uEHA5rl7PTecnHmS1SNRexy6MFYGdFu5q2oQMV3FwCmSJmJcZKQEGRZfxVVgcBU8tgNlh6LqYfCRW4dn7K8RHLIdgXXjEQ67jofRVo660noit8HeGv9BKvYJm/s320/pluma+y+sangre.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355392902919220738" border="0" /></a><br />No me pidas que dibuje hadas,<br />ni niños enamorados de magia,<br />ni hombres que ríen cuando su alma llora,<br />ni cielos azules de nubes blancas,<br />si hoy mi alma está rota<br />y mi Luna como siempre llora<br />porque en el cielo se siente sola<br />cuando las estrellas brillan lejanas;<br />si hoy los cuentos de final feliz<br />me dieron la espalda<br />y mis sueños se escapan<br />por los rotos que deja mi alma<br />mientras el humo de un cigarro<br />mis males espanta,<br />porque soñando no se consigue nada,<br />las mismas cosas que llorando.<br />Y en el encierro obligado<br />que mi trsiteza manda<br />las horas pasan volando<br />mientras la muerte llama<br />con gritos silenciosos<br />que estallan en mi calma.<br />Pero tú no los oyes.<br />Tú sólo sonríes<br />porque mi máscara te engaña,<br />y me pides que dibuje hadas<br />porque tú nunca has sufrido<br />-ni tu corazón conoce aún-<br />el peso de la derrota<br />cuando habita en alma extraña<br /></div>Álvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2367066113871651917.post-54352054812711943442009-06-13T13:43:00.003+02:002009-06-13T13:50:52.568+02:00Reflejos de un espejo deforme<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.vikota.com/archives/reflejo.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 245px; height: 220px;" src="http://www.vikota.com/archives/reflejo.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-family:times new roman;">Ese soy yo, piensa el niño al verse reflejado en el deforme espejo. Sus padres le han llevado a la atracción de una feria cercana y él se divierte viéndose reflejado y deformado de mil formas diferentes. Pero sigo siendo yo, piensa entusiasmado. Y aquel de allí, alto y delgado, como a punto de quebrarse, también soy yo. Incluso ese otro, que parece tener cuatro brazos y la cabeza dividida en dos, ese, aún así, sigo siendo yo. </span><span style="font-family:times new roman;">Porque esos </span><span style="font-family:times new roman;">son mis ojos y mi pelo; reconozco mis manos y mis piernas; y, aunque a veces me cuesta un poco más, veo en ese espejo mi cara. Era como si un ser todopoderoso hubiera cogido su cuerpo y lo hubiese desmontado, dando lugar a otros cuerpos diferentes que, sin embargo, seguían siendo el suyo.</span><br /></div><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:times new roman;"> </span><span style="font-family:times new roman;">Desde ese día, el niño decidió ir cada tarde, después del colegio, a la sala de los espejos deformes.</span></span><br /><br /><span style="font-size:100%;"> <span style="font-family:times new roman;">Sus padres acogieron al principio esta decisión con entusiasmo. Les divertía la ilusión que generaba en su hijo aquella vieja atracción. Pero pensaron que sería una diversión pasajera y empezaron a preocuparse cuando vieron pasar los días y que el niño no faltaba nunca a su cita con los espejos. </span></span><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:times new roman;">No entendían cómo unos simples espejos deformes podían ejercer tal fascinación en él; y este a su vez no consiguió nunca que sus padres vieran en los reflejos del espejo lo mismo que veía él.</span> </span><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD1mIm-qcCbtNss01dbDc75GKDLCSBY57T3NybPwfyVTK7vry-Q6vwluI6Ju7xMARdsIZXtBdh5Cec4-_VPLzQm6XxcSmldGrpqNkO4p2NSuj03cWtMS3DyRZRwBmhZikgPGw_VdHxn6Al/s320/IMG_0002.JPG"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 267px; height: 201px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD1mIm-qcCbtNss01dbDc75GKDLCSBY57T3NybPwfyVTK7vry-Q6vwluI6Ju7xMARdsIZXtBdh5Cec4-_VPLzQm6XxcSmldGrpqNkO4p2NSuj03cWtMS3DyRZRwBmhZikgPGw_VdHxn6Al/s320/IMG_0002.JPG" alt="" border="0" /></a><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:times new roman;">Con el tiempo, consiguió dominar los reflejos y descubrió que colocándose en determinadas posiciones delante de cada uno de los espejos era capaz de crear personajes totalmente diferentes, con personalidad propia. Cuando se aburrió de su propio reflejo, empezó a invitar a amigos y familiares para verlos a ellos también a través de los ojos del caprichoso espejo. Y cuando no conseguía arrastrarlos hacia allí, empleaba su imaginación, </span></span><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:times new roman;">utilizando su propio cuerpo e insertando en él las características de la persona imaginada. Por supuesto, el resultado así era menos real, pero eso no le importaba al niño. Él sólo quería crear y crear más personajes, sin importar el método empleado.</span> </span><br /><div style="text-align: justify;"><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:times new roman;">Un día, casi por casualidad, el niño se vio reflejado en un espejo normal y corriente, y se asustó. No podía creer que esa cara tan simple y falta de gracia podía ser la suya, y aquel cuerpo tan poco característico le perteneciera a él. Ofendido, arrojó el espejo contra el suelo para partirlo en mil pedazos, y destrozó los trozos más grandes hasta conseguir que el espejo volviese a reflejar una imagen deformada de su rostro.</span></span><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://lazonafotica.files.wordpress.com/2008/09/espejo-roto-2.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 300px; height: 414px;" src="http://lazonafotica.files.wordpress.com/2008/09/espejo-roto-2.jpg" alt="" border="0" /></a><br /></div><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:times new roman;"><br /><br /></span></span></div>Álvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2367066113871651917.post-52077083139279818532009-06-11T20:40:00.003+02:002009-06-11T21:27:52.977+02:00Una huida inútil<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.gratisblog.com/weblogs/paly05/000adoquines_en_sombra.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 260px; height: 334px;" src="http://www.gratisblog.com/weblogs/paly05/000adoquines_en_sombra.jpg" alt="" border="0" /></a><div style="text-align: center;">Tengo alas y las sé usar<br />pero si no me empujan no vuelo<br />y cada vez que a mi ventana asomo la mirada<br />más lejano y duro me resulta el suelo.<br /><br />Si a la primera señal<br />me hubiera lanzado a cerrar bocas<br />con el sello de unos labios<br />habría conquistado más besos<br />de los que simplemente he soñado.<br /><br />Pero siempre fui un cobarde<br />de labios secos y sangre estancada,<br />que huye de sí mismo<br />sin plan y sin destino<br />y que tarde o temprano se habrá de alcanzar<br />hastiado y cansado y sin Ítaca a la que regresar.<br /><br />Y aunque en mi camino encontré ventanas<br />siempre preferí la facilidad<br />de una puerta bien abierta<br />para entrar a hurtadillas en tu casa.<br /><br />Pero nunca me sentó bien el disfraz de ladrón<br />aunque tú te dejases saquear y a mi alrededor<br />los pequeños rateros hicieran fortuna<br />mientras yo planeaba con dudas<br />cómo asaltarte sin pedirte perdón.<br /><br />Cuando la fruta está madura<br />quizá sepa mejor,<br />pero perdimos la oportunidad de probar<br />su acidez y su frescura<br />cuando aún estaba por calar.<br /><br />En formol no se marchitan las flores,<br />sin pilas no funcionan los relojes,<br />pero quien reta al tiempo siempre ha de perder.<br />Nunca una noche detuvo un amanecer.<br />Nunca un segundo fue eterno,<br />y nosotros moriremos con él.<br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.dalequedale.com/media/blogs/personas/3tempus_fugit.gif"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 376px; height: 376px;" src="http://www.dalequedale.com/media/blogs/personas/3tempus_fugit.gif" alt="" border="0" /></a><br /></div>Álvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2367066113871651917.post-20777347764824869362009-06-08T19:15:00.003+02:002009-06-08T19:36:27.904+02:00El Poeta<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXnLvH8mVKbGr2OlNn7SpM3N3KOoOoNH3z3gnbkZZtPHI9AhpWpDNoppJZibhv22vtk_RGeAbr8waQT4I9gpZvR0iWM3hXd1_177m_YZPfnBzwYnvuaz6nIyGKNRfXnURqQ75qyw7PbdGq/s400/dia+de+la+poesia_.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 282px; height: 227px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXnLvH8mVKbGr2OlNn7SpM3N3KOoOoNH3z3gnbkZZtPHI9AhpWpDNoppJZibhv22vtk_RGeAbr8waQT4I9gpZvR0iWM3hXd1_177m_YZPfnBzwYnvuaz6nIyGKNRfXnURqQ75qyw7PbdGq/s400/dia+de+la+poesia_.jpg" alt="" border="0" /></a><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><style> <!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; 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Esa fue la puerta de un torrente que durante un tiempo le invadió. Llegaba a escribir varios poemas al día, como si hasta entonces todas esas palabras hubiesen estado dormidas en alguna parte de su ser y ahora viesen la posibilidad de ver la luz. Los escribía en cuadernos escolares que luego amontonaba en los cajones de su escritorio. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=""> </span><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">De esa primera época creativa sólo consiguió rescatar versos sueltos que merecieran su aprobación, y a veces ni eso.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=""> </span><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Con el tiempo, supo encauzar ese caudal poético, y el tiempo entre poema aumentó considerablemente, pero también su calidad. Por sus renglones pasaban amores y desamores, decenas de ojos de distinto color, varías ellas pero un solo corazón. Miles de sentimientos que encontraban en una hoja sucia y arrugada, a veces incluso servilletas o trozos de cartón, un hogar donde vivir eternamente.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=""> </span><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Pero el poeta creció, y dejó atrás la adolescencia llena de cambios y el amor y otras banalidades dejaron paso a otros pensamientos; el trabajo y las obligaciones primero, el futuro y la familia después. El encuentro con sus cuadernos y sus sentimientos se fue espaciando cada vez en el tiempo, hasta que un día cualquiera, sin previo aviso, simplemente desapareció.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=""> </span><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">No es que dejara de sentir, sólo que ahora lo hacía con menos emoción.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=""> </span><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.juliaardon.com/wp-content/uploads/2008/08/167355302_4e8fc07a81.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 269px; height: 179px;" src="http://www.juliaardon.com/wp-content/uploads/2008/08/167355302_4e8fc07a81.jpg" alt="" border="0" /></a>Ahora, convertido en un anciano de piel marchita y alma ociosa, sin más ocupación que observar el transcurrir de las horas, intenta recuperar en vano parte de esa vida. Sus manos se deslizan suavemente sobre los viejos cuadernos, ya amarillentos, con miedo a que las hojas se deshicieran bajo sus dedos, y con ellas las palabras testimonio de otra vida llena de sentimientos. Su vista cansada se esfuerza por comprender una letra que un día fue suya, y su corazón parece latir con más fuerza cuando reconoce algún sentimiento en carne viva escondido entre versos. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=""> </span><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y entonces, lo decidió.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sobre su lápida no escribirían la fecha de su muerte, sino la de su último poema. La última vez que realmente vivió, que de verdad sintió.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.ciudadredonda.org/admin/upload/Image/cuerpo/hands.jpg"><img style="cursor: pointer; width: 420px; height: 343px;" src="http://www.ciudadredonda.org/admin/upload/Image/cuerpo/hands.jpg" alt="" border="0" /></a></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p>Álvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2367066113871651917.post-87223713249177362182009-06-07T18:08:00.002+02:002009-06-07T18:14:39.335+02:00Prohibido dañarse<div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.maria-garcia.com.ar/prohibidodaniarse-mg.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 302px; height: 225px;" src="http://www.maria-garcia.com.ar/prohibidodaniarse-mg.jpg" alt="" border="0" /></a><br />Quizá aún no lo sepas<br />pero anoche murió algo más que mi voz,<br />la que se cansó de intentar derribar<br />tu silencio y tu indiferencia.<br />Y aunque me quieras (a tu manera)<br />y yo te olvide (también a la mía)<br />te llevaste mi ilusión y mi alegría<br />y me dejaste del Amor su parte más ramera,<br />la que prostituye su nombre<br />y que en su necedad olvida<br />lo que antaño fue vida<br />y hoy no es más que hombre.<br /><br />No me busques, que me encuentras.<br />No me ames, si luego me dejas.<br />Dime la verdad, aunque me duela,<br />o miénteme para que sienta.<br />Pero no manipules más este viejo juguete<br />que en su ilusión pensó que te tenía<br />y cuando la noche se hizo día<br />tiraste su corazón por el retrete.<br /></div>Álvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2367066113871651917.post-63579652739144246302009-05-31T17:14:00.004+02:002009-06-08T19:46:12.476+02:00¿Eres feliz?<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://mytemptation.files.wordpress.com/2008/11/mascara.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 224px; height: 294px;" src="http://mytemptation.files.wordpress.com/2008/11/mascara.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="color: rgb(0, 0, 0);font-size:100%;" >¿Eres feliz? Esa es una de las preguntas que más teme cualquier persona. Y si no la teme es que realmente nunca se la ha planteado. Si por algún casual alguien te la formula, respondes automáticamente, con miedo a tan siquiera pensar que la respuesta pueda ser no. Es como cuando te preguntan cómo estás, y tú respondes que bien, cuando por dentro puedes estar pensando que tu vida es una puta mierda y no podrías estar peor. Pero ni por un instante te planteas la posibilidad de no esbozar una estúpida sonrisa y contestar que bien, que no te puedas quejar, y lo más negativo que se te ocurriría decir es un poco aclarador "pse, tirando". Simplemente por dos razones: una, no quieres saber hasta qué punto no estás bien, y contestar otra cosa sería planteártelo a ti mismo; y dos, el que te lo pregunta normalmente lo hace por puro formalismo y lo único que quiere es que le cuentes alguna cosa de tu vida, desde si has cambiado de trabajo o de novia hasta tu última anécodta en el autobus o qué tal te ha sentado la comida, pero en ningún caso querrá que le desgranes tu lastimosa vida paso a paso.<br /><br /></span><span style="color: rgb(0, 0, 0);font-size:100%;" >El verdadero problema surge cuando eres tú mismo el que te haces la pregunta y sabes que ahí sí necesitas una respuesta sincera. ¿Eres feliz? Sí, claro, ¿por qué no? ¡Error! Respuesta equivocada. Claro que hay muchas razones para no ser feliz. El 90% de las personas de este maldito planeta no lo son. Viven encadenados a un trabajo de mierda que no les llena pero que, sin embargo, necesitan para pagar una hipoteca y saldar las deudas que generan sus caprichos; no tienen pareja o tienen una a la que se aferran para no sentirse o acabar solos, así que de amor ya ni hablamos; ven pasar los años mientras los sueños que un día tuvieron se vuelven cada vez más lejanos; y lo peor de todo es que no son capaces de mover un solo dedo para cambiar su situación, bien porque aunque quisieran no podrían hacer nada por cambiarla, o bien porque están demasiado encadenados a su propia resignación y pereza como para tan siquiera intentarlo. Además, ¿quién no puede ser feliz jugando a la Play 3, saliendo los viernes a beber y ligar o comprando el último modelo de coche (sí, el mismo que en su eslogan promete devolverte tu dinero si el coche en cuestión no te da la felicidad)?<br /><br /></span></div><div style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"> </div><div style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"> </div><p style="text-align: justify; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-size:100%;"> </span><span style="font-size:100%;">Ahora, yo te pregunto: ¿eres feliz? Y si no lo eres, ¿qué haces para cambiar y serlo?</span></p>Álvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2367066113871651917.post-26252202163055247982009-05-29T10:54:00.001+02:002009-06-08T19:15:05.339+02:00Ábreme el pecho y registra<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEtSfUu2qJRNIpHhimIc0alWmZ5bjIQy7wNcK2-NYy0a4sCxo4N14G8Rt6RMwz6Udp8vlkF-4DvsMa6o0oAT1GACOi0TU_KoHjz3yUM3gPy4AxwDoc251EFnjZ0TsxQCfly9ouIGHG96q5/s1600-h/abreme+el+pecho+y+registra.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 255px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEtSfUu2qJRNIpHhimIc0alWmZ5bjIQy7wNcK2-NYy0a4sCxo4N14G8Rt6RMwz6Udp8vlkF-4DvsMa6o0oAT1GACOi0TU_KoHjz3yUM3gPy4AxwDoc251EFnjZ0TsxQCfly9ouIGHG96q5/s320/abreme+el+pecho+y+registra.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5345006401777238370" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;">Ábreme el pecho y registra<br />y dime si lo que encuentras te gusta.<br />Porque es mi alma y mi pena,<br />mi sueño y mi esperanza,<br />mi amor y mi rebeldía,<br />mi vida, al fin y al cabo,<br />en estas páginas recogida y sentida.<br /><br />Ábreme el pecho y registra,<br />y si te sientes reflejado<br />aprende y grita cada verso<br />como si tuyo fuera;<br />siente cada poema<br />con la misma alegría y la misma pena<br />con la que un día se escribiera;<br />encuentra escondida en cada letra<br />la razón verdadera<br />de que hoy tengas entre tus manos<br />este libro de poemas.<br /></div>Álvaro Ruizhttp://www.blogger.com/profile/03515248214433935507noreply@blogger.com0