domingo, 31 de mayo de 2009

¿Eres feliz?

¿Eres feliz? Esa es una de las preguntas que más teme cualquier persona. Y si no la teme es que realmente nunca se la ha planteado. Si por algún casual alguien te la formula, respondes automáticamente, con miedo a tan siquiera pensar que la respuesta pueda ser no. Es como cuando te preguntan cómo estás, y tú respondes que bien, cuando por dentro puedes estar pensando que tu vida es una puta mierda y no podrías estar peor. Pero ni por un instante te planteas la posibilidad de no esbozar una estúpida sonrisa y contestar que bien, que no te puedas quejar, y lo más negativo que se te ocurriría decir es un poco aclarador "pse, tirando". Simplemente por dos razones: una, no quieres saber hasta qué punto no estás bien, y contestar otra cosa sería planteártelo a ti mismo; y dos, el que te lo pregunta normalmente lo hace por puro formalismo y lo único que quiere es que le cuentes alguna cosa de tu vida, desde si has cambiado de trabajo o de novia hasta tu última anécodta en el autobus o qué tal te ha sentado la comida, pero en ningún caso querrá que le desgranes tu lastimosa vida paso a paso.

El verdadero problema surge cuando eres tú mismo el que te haces la pregunta y sabes que ahí sí necesitas una respuesta sincera. ¿Eres feliz? Sí, claro, ¿por qué no? ¡Error! Respuesta equivocada. Claro que hay muchas razones para no ser feliz. El 90% de las personas de este maldito planeta no lo son. Viven encadenados a un trabajo de mierda que no les llena pero que, sin embargo, necesitan para pagar una hipoteca y saldar las deudas que generan sus caprichos; no tienen pareja o tienen una a la que se aferran para no sentirse o acabar solos, así que de amor ya ni hablamos; ven pasar los años mientras los sueños que un día tuvieron se vuelven cada vez más lejanos; y lo peor de todo es que no son capaces de mover un solo dedo para cambiar su situación, bien porque aunque quisieran no podrían hacer nada por cambiarla, o bien porque están demasiado encadenados a su propia resignación y pereza como para tan siquiera intentarlo. Además, ¿quién no puede ser feliz jugando a la Play 3, saliendo los viernes a beber y ligar o comprando el último modelo de coche (sí, el mismo que en su eslogan promete devolverte tu dinero si el coche en cuestión no te da la felicidad)?

Ahora, yo te pregunto: ¿eres feliz? Y si no lo eres, ¿qué haces para cambiar y serlo?

viernes, 29 de mayo de 2009

Ábreme el pecho y registra


Ábreme el pecho y registra
y dime si lo que encuentras te gusta.
Porque es mi alma y mi pena,
mi sueño y mi esperanza,
mi amor y mi rebeldía,
mi vida, al fin y al cabo,
en estas páginas recogida y sentida.

Ábreme el pecho y registra,
y si te sientes reflejado
aprende y grita cada verso
como si tuyo fuera;
siente cada poema
con la misma alegría y la misma pena
con la que un día se escribiera;
encuentra escondida en cada letra
la razón verdadera
de que hoy tengas entre tus manos
este libro de poemas.